domingo, 9 de diciembre de 2012

El impuesto sobre los depósitos bancarios (PP y PSOE enfrentados por el impuesto)


En verdad, no hay ningún enfrentamiento. El Partido Popular extremeño ha utilizado este asunto como lo que es, un partido populista y demagogo. No cabe esperar otra cosa de quienes teniendo responsabilidades de gobierno muestran una total falta de ambición política al carecer, claro, de proyecto político. Su preocupación electoral salta y daña la vista y la inteligencia: la paga extraordinaria para algunos funcionarios por quedar bien, mientras se abandona al resto de la sociedad extremeña. La Junta de Extremadura paga poco y mal.
Y el diputado Alejandro Nogales, relegado a la labor de apoyar al gobierno Monago por razones más de sustento personal que por criterios políticos, pretende argumentar que lo importante es que "vengan estos 39 millones de euros" anuales a Extremadura. Acaba diciendo que presentar un recurso de inconstitucionalidad hoy supondría dejar de percibir estos "milloncejos" que no hay que olvidar provienen del estímulo y la decisión de otros; de otras políticas, políticas socialistas de anteriores gobiernos, gobiernos socialistas.
Parece no saber el diputado Nogales que en política merece la pena defender principios y aplicar políticas sobre ideas, bajo una ideología determinada.
Hay razones para recurrir la decisión del Gobierno de la Nación, y contundentes. El gobierno de Mariano Rajoy basándose en la facultad que le confiere la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autonómas hurta la ejecución del gravamen sobre los depósitos bancarios reconocidos a la comunidad autónoma de Extremadura por el Tribunal Constitucional, después de años de espera. Espera que se mecía dormilona en el recurso promovido por el Partido Popular cuando estaba en el gobierno, gobierno presidido por Aznar. Antes sucedió el voto en contra de los populares extremeños cuando se propuso en la Asamblea de Extremadura por el presidente Ibarra.
Como se ha dicho por parte de algún profesor de la Universidad de Extremadura hay razones fundadas para elevar el recurso pero que otra cosa será la posición del Tribunal Constitucional por ser la LOFCA una ley orgánica. Pero es que el Estatuto de Autonomía extremeño es también una ley orgánica y, también, su origen jurídico está en la Constitución cuando se habla del derecho a la autonomía de los territorios en su Título Preliminar como también en los artículos primeros del Título VIII en lo que hace referencia, por añadidura, en otros más sustanciales del Capítulo III del título mencionado.
Y es más, en lo referente a la falcultad de establecer sus propios impuestos, tasas y contribuciones, ésta emana directamente del texto constitucional recogido en el apartado b) de artículo 157. En consecuencia, teniendo en cuenta que establecido el impuesto en 2001, siendo la sentencia favorable del Tribunal Constitucional a la ley del impuesto sobre los depósitos bancarios establecido por el gobierno de Ibarra quitando la razón a los argumentos de inconstitucionalidad del gobierno Aznar, tendría muchos visos de admitirse, de defenderse y aún de ganarse la razón.
Yo defendería, por de pronto, que el gobierno de Mariano Rajoy utiliza la facultad que le confiere la norma de la financiación de las comunidades autónomas para entorpecer el libre ejercicio de la competencia de éstas para establecer sus propios impuestos. El gobierno central aplicando esta norma creará una ley sobre los depósitos bancarios cuya finalidad no será recaudar porque su gravamen será cero, su intención es eludir su efecto en los bancos. La banca señala a Guindos con índice severo y autoritario cuál es el camino recto y ortodoxo. ¿Es esto fraude de ley?
Que sepa, entonces, el sr. diputado -éste que ya no tiene ni aptitudes ni actitudes izquierdistas- que la compensación a Extremadura se hará mediante complejas fórmulas financieras y que esos recursos no saldrán de donde deberían salir, esto es, de los beneficios de las entidades bancarias por sus depósitos sino, desafortunadamente, de lo que se detraiga de la caja común del Estado, es decir, de nuestros ingresos, de los ingresos de los que siempre pagan. Y Nogales -digo- satisfecho. No hay nada como la "izquierda" para hacerse daño.